El hombre respondió: "Cuando te fuiste, todos estaban celosos de mí y me golpearon hasta dejarme tirado en el suelo".
"¿Cuántas veces te golpearon?" Preguntó el rey.
"Treinta y seis veces" respondió el hombre.
En ese momento el rey tomó 36 monedas de oro y se las dio al hombre: una moneda de oro por cada vez que había sido golpeado. Cuando el hombre regresó a casa, estaba llorando. Cuando su esposa le preguntó confundida: ¿por qué estás llorando?" el dijo: "¿por qué no me golpearon más?".
El punto de esta parábola no es que deberíamos pedir ser golpeados, Dios no lo permita. Pero la historia nos desafía a mirar a nuestras dificultades desde una perspectiva diferente y a apreciarlas por lo que realmente son: oportunidades para revelar más de nuestro potencial en este mundo. ¿Cuántos de nosotros realmente busca desafíos o situaciones incómodas como oportunidades doradas para que podamos cambiar nuestra conciencia o crecer o sentirnos motivados a hacer más por nosotros y por otros?
Esta semana, permíteme recordarte que lo sea que esté ocurriendo en nuestras vidas está allí de hecho para llevarnos al siguiente nivel. La conciencia frente a nosotros debe ser constantemente: no sé por qué debo tomar este camino, pero sé que este es el camino que hará que las cosas mejoren al final.
Karen Berg
Karen Berg
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