Bendiciones ocultas...

Existe una historia Kabbalística sobre un hombre que fue puesto a cargo de un reino mientras el rey estaba lejos. Los consejeros del rey estaban tan celosos de este hombre que lo golpearon una tarde mientras cumplía sus obligaciones en el palacio. Cuando el rey regresó y encontró a su amigo de confianza en el suelo golpeado y sangrando, le preguntó: "¿Qué te ocurrió?".

El hombre respondió: "Cuando te fuiste, todos estaban celosos de mí y me golpearon hasta dejarme tirado en el suelo".


"¿Cuántas veces te golpearon?" Preguntó el rey.


"Treinta y seis veces" respondió el hombre.


En ese momento el rey tomó 36 monedas de oro y se las dio al hombre: una moneda de oro por cada vez que había sido golpeado. Cuando el hombre regresó a casa, estaba llorando. Cuando su esposa le preguntó confundida: ¿por qué estás llorando?" el dijo: "¿por qué no me golpearon más?".


El punto de esta parábola no es que deberíamos pedir ser golpeados, Dios no lo permita. Pero la historia nos desafía a mirar a nuestras dificultades desde una perspectiva diferente y a apreciarlas por lo que realmente son: oportunidades para revelar más de nuestro potencial en este mundo. ¿Cuántos de nosotros realmente busca desafíos o situaciones incómodas como oportunidades doradas para que podamos cambiar nuestra conciencia o crecer o sentirnos motivados a hacer más por nosotros y por otros?



Esta semana, permíteme recordarte que lo sea que esté ocurriendo en nuestras vidas está allí de hecho para llevarnos al siguiente nivel. La conciencia frente a nosotros debe ser constantemente: no sé por qué debo tomar este camino, pero sé que este es el camino que hará que las cosas mejoren al final.
                                                                                                     Karen Berg

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